viernes, 5 de diciembre de 2014

Sector Primario. El arte de la cunicultura.

LA ASCENDENCIA: ABUELOS Y REPOSICIÓN
                Primero tenemos que centrarnos en la reposición, que consiste en el grupo de hembras y machos jóvenes criados con el fin único y exclusivo de procrear. La genética tiene un importante papel en este punto, porque, claro está, unos progenitores darán lugar a características diferentes en su descendencia con respecto a otros, y como lo más importante es la mejor descendencia, también lo es escoger los mejores progenitores. Por eso vamos a hablar de los abuelos, conejos con una genética muy preciada y exclusiva (los machos rondan los  80 euros, y 63 las abuelas), que darán a luz a los que forman la reposición.  
                ¿Objetivos de la reposición? Ellos, hacer que sus crías tengan la mayor cantidad de carne posible; ellas producir grandes cantidades de leche. Por eso, en la formación de este grupo, son necesarios dos tipos de abuelos:
                -Por un lado tenemos a unos abuelos que dan lugar a las conejas híbridas, que producen mucha leche.
                -De abuelos distintos con distintas características nacen los machos cárnicos, que como su nombre indica, tienen mucha carne. Son la reposición de padres.




INSEMINACIÓN Y GESTACIÓN
                Cuando esta reposición alcanza cierta madurez -aprox. 6 meses en el caso de los padres y 4,5 en de las madres- se lleva a cabo la cubrición o inseminación. En ella, un solo macho produce semen para aproximadamente 20 conejas. Luego de esto, se aparta a la hembra a una jaula específica con nido donde, tras pasar positivamente la palpación, de la que hablaremos más adelante, deja transcurrir su embarazo por un plazo que va desde los 28 a los 31 días.
                


PARTO, LACTANCIA Y NUEVA INSEMINACIÓN
                En estos momentos llega el parto. Una coneja puede producir camadas oscilantes entre los 8 y 14 gazapos (dependiendo de la ovulación de la coneja); aunque sólo pueda tolerar 9. Si ocurre esto, la solución es traspasar los sobrantes a otra madre que no llegue a su máximo. Una vez dado el parto, el tiempo de lactancia de las crías se prolonga durante 35-40 días, y ella vuelve a ser inseminada transcurridos los 10 un 11 del nacimiento. Es a los 10-11 días siguientes a la supuesta fertilización cuando se le practica la palpación. Básicamente consiste en palpar el vientre del animal para saber si los embriones se están desarrollando o no, lo que significaría que no hubo fecundación.
                A) La palpación es negativa: la coneja sigue amamantando sus crías y vuelve a ser inseminada a los 21 días para que, mientras tanto, se produzca la ovulación (son animales, no máquinas de producción). Si esta madre continúa dando negativo durante tres palpaciones más, se elimina.
                B) La palpación es positiva: continúa su proceso de lactancia hasta el destete de los gazapos. Luego es separada de ellos y trasladada a otra jaula con nido para cuidar a su nueva camada.




                CEBO Y MATADERO
                Mientras tanto, estos gazapos pasan a ser cebo, cebo cuyo objetivo es engordar durante los 58-62 días que le quedan, llegando algunos a alcanzar los 2 o 2,25 kilos. Pasado ese tiempo, son enviados al matadero.
                Cada 15 días, la empresa envía un camión a la planta cunicultora, y recoge todo el cebo posible. Hay que tener en cuenta que una nave suele albergar, entre madres, machos y cebo, un total de 5.600-6000 cabezas, así que las cifras de cebo sacadas en una venta suelen sorprender al principio un poco: entre 900 y 1000 conejos.





MANTENIMIENTO E INSTALACIONES
                Cuando este cebo ha sido trasladado al matadero, toca la limpieza de las jaulas abandonadas y el foso. ¿Qué es el foso? El sistema de limpieza en la nave es muy básico: las jaulas de los conejos se elevan sobre una depresión en el terreno, unos fosos, que recogen las heces y los orines. Aunque ya el progreso técnico hace posibles otros métodos, en mi granja en particular seguimos siendo partidarios de la pala y el carrillo. Así, poco a poco, el estiércol  es depositado en un gran montón en las cercanías, y es recogido por empresas productoras de abono. Por su parte, las jaulas,  que llegan a los 90 cm, son fregadas, junto con “culos” (una parte de la jaula), comederos, estructuras, etc., en los días que siguen a la ida del camión.
                Una jaula ordinaria consta de un comedero y un bebedero, pero al albergar una camada o una hembra en gestación, presenta una estructura adicional llamada nido, con cuatro chapas que forman un cajón y una cubeta llena de serrín donde están los gazapos. El nido suele quitarse a los 25 días de nacidos los conejos.
               
                El clima influye mucho en este ganado, y cada planta cunicultora debe adaptar sus instalaciones a su cuidado. En nuestro clima mediterránero-continentalizado, los fríos inviernos suelen hacer mella en el número de cabezas y hace proliferar algunas enfermedades, pero verdaderamente peor es el verano caluroso. Dada la aglomeración de conejos en un mismo espacio reducido, es necesario un sistema de disminución de la temperatura dentro de la nave. Mi familia utiliza ventiladores gigantes, que hacen circular el aire, y mantiene fresco el interior junto a la ayuda de la subida y la alzada de paneles que dificultan la entrada de luz.
                Las plantas cunicultoras suelen contar con seguros para la recogida de cadáveres, de la que se encargan empresas dedicadas a la gestión de animales muertos.





CONTROL SOBRE LA ESPECIE Y MEDICACIÓN
                Cualquier empresa ganadera hace lo posible (o al menos eso intenta aparentemente) por intentar que la naturalidad esté presente en el producto cuando llegue al mercado, y el medio para conseguirlo es, por ejemplo, administrar la menor cantidad de sustancias químicas posible. Se podría pensar en el estado actual de la actividad agrícola de mercado y creer que, dada la actual y silenciosa superioridad de la productividad sobre la calidad, dando lugar a una alienación espantosa en cuanto al producto y sus propiedades, las modificaciones en los conejos serán tan frecuentes como el día y la noche. A mi parecer, que cabe hablar más bien de cambios selectivos que de un verdadero juego creativo sobre la integridad genética. Basándome en el estudio de la granja familiar, he comprobado que no hay una verdadera modificación; los cunicultores actúan como una especie de “supra-ley natural” al modo darwiniano (dirigida al mercado) que escoge a los mejores machos y hembras para la reposición. El resto del proceso de cría y engorde del cebo no recibe más cambios con respecto a la forma natural de crianza que el hecho de que viven en jaulas, son alimentados y reciben protección, además de una medicación regular y extraordinariamente mínima:
                Para empezar, se aplican dos antibióticos: uno a las madres tras del parto, para evitar las infecciones, y otro a los casos de resfriado  que puedan ser identificados.
                La medicación en pienso también es bastante reducida: un medicamento para la digestión y otro para el resfriado.
                Vacunaciones obligatorias:
                -Vacuna para la mixomatosis (tumor en los tejidos conjuntivos)-2 veces al año.
                -Vacuna para la vírica hemorrágica- 1 vez al año.
                Así que, contradiciendo lo que tantos pudieron esperar, no hay signos de sustancias como hormonas, al menos en empresas como la mía.

RENTABILIDAD DE LA EXPLOTACIÓN
                En estos tiempos que corren no podemos hablar sino de poca rentabilidad, debida a la bajada de los precios y la subida de costes tan necesarios como pienso, agua, electricidad... Es común creer que los mataderos están aspirando, a través de estos precios tan escandalosos, a dificultar a los pequeños empresarios y concentrar toda la actividad cunicultura en determinados puntos del territorio, con el fin de ahorrar en gastos como transporte y aumentar ganancias con pactos y otros acuerdos. Puede resultar una teoría retorcida, pero ¿acaso no lo es toda economía?

                Sólo queda resumir apuntando el cierre de numerosas explotaciones a lo ancho y largo del país. No son buenos tiempos para la cunicultura.
Texto y fotografía: Rafael Garrido Rodríguez. 3ªA 
IES Luis Barahona de Soto.
Archidona (Málaga)




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