viernes, 6 de marzo de 2015

Pollo de caserío

Pollos de Caserío


Un día más, como todas las demás, el gran caserío Lumagorri había abierto sus puertas para empezar a trabajar con los pollos que estaban viviendo allá. Pero hoy era un día distinto a las otras; el sol se escondía de vez en cuando en las nubes, el viento suave daba alegría en los prados abiertos del monte. Iker, como todos los demás, se había despertado junto a su familia en el granero. Hoy era un día un tanto distinto a los demás, y él ya lo notaba desde cuándo se había levantado. Aitor y Julen, sus hermanos pequeños, le notaban raro al mayor de los tres hermanos.

-         ¿Qué te ocurre Iker? Te noto un poco preocupado.
-         Hoy es el día. – dijo con tristeza el pollo – Hoy me toca a mí.
-         Pero que estás diciendo? – preguntó el más joven de los tres – Iker, yo no le estoy entendiendo nada.
-         Creo que ya es hora para que os cuente la verdad, seguidme.


Salieron del granero y dieron la vuelta en él para poder ver la puerta grande que se situaba en la parte baja del prado. Dos hombres, vestidas con un chándal y unos guantes grandes, estaban saliendo de otro edificio donde ellos nunca habían hablado sobre él. Los  dos jóvenes hermanos se quedaron mirando al edificio, pero todavía no habían caído en adivinar lo que era aquello.

-         Ahí es donde llevan todos los pollos cuando llegan al peso adecuado. Es un granero muy especial para todos los pollos que viven aquí, sobre todo para los que ya han vivido 80 días. Los baserritarras le suelen llamar “matadero”, pero prefiero no contaros lo que ocurre, ya que vuestra hora también llegará en su momento.

Los tres pollos, se quedaron mirando a sus alrededores, algo que nunca lo hicieron:

 “Verde, así es como definiría todo un ser vivo que ha coexistido con nosotros en estos lugares. Montes repletos de bosques toman la mayor importancia en este paisaje natural, fuera de grandes ciudades y evitando las zona más  industriales. Largos y estrechos riachuelos decoran este tranquilo lugar, dándole un toque de tranquilidad y de relajación. Los vehículos no son abundantes; estos, al contrario, son derrotados por las numerosas bandadas que vuelan cerca de las nubes disfrutando de los días soleados. Caseríos y villas son los únicos edificios que se contemplan alrededor, en excepción de los graneros y/o invernaderos. Si tuviera que definirlo con una frase, así sería:
El paraíso de un ser donde puede vivir en paz.”

Iker y los dos hermanos jóvenes dieron un paseo alrededor del granero pero nadie dijo nada. Aitor y Julen no tenían ni idea de lo que iba a pasar, y se sentían muy frustrados.

-         Oh, no! El baserritara de “Zerain*” ya ha llegado! Ahora sí, aquí termina nuestra relación, hasta nunca!

Fueron unas palabras que dejaron a los dos hermanos en blanco. El baserritarra empezó a escoger los pollos adecuados, aunque estos intentaban huir de él, era imposible poder escaparse. El jaleo del casero duró casi media hora hasta que llegó de nuevo la calma.

-         Julen, no nos podemos quedar así, no volveremos a ver a nuestro hermano!
-         Él nos ha dicho que llegará la hora para todos, no hay nada que hacer. Acuérdate que mamá y papá fueron de esta manera, a ese dichoso “Zerain”.

Los dos hermanos no tuvieron nada que hacer al respecto y siguieron sus vidas sin el cariño del hermano mayor.


Ya pasaron 2 semanas desde que Iker les había abandonado pero todavía Julen y Aitor no sabían lo que escondía Zerain. Mientras los pollos comían, llegó de nuevo un baserritarra, pero esta vez era uno diferente. No tenía gran pinta de trabajador y se le veía desde el primer momento que buscaba un pollo especial para él. Dio una vuelta al granero y encontró a los dos hermanos, comiendo cereales hechas por maíz al aire libre.

-         Estos! Estos las quiero yo!

Los dos pollos intentaron escapar, pero no lo consiguieron, metieron cada uno en una bolsa y para ellos el mundo se convirtió totalmente oscuro para ellos.



22 estudiantes estaban mirando fijamente a los pollos que habían traído desde los caseríos de Lumagorri. Estos, sin embargo, parecían estar muy alterador por no poder moverse mucho, ya que estaban metidos en una jaula de hierro. Los estudiantes fueron pasando uno a uno acariciando a los pollos, y allí es cuando el profesor Imanol intervino.

-         Después de tocarlos, ya es hora de que lo cuentes, Maite.
-         Vale, ahora empiezo

“Hoy os contaré brevemente sobre los pollos de caserío aquí, en el País Vasco.
Los pollos en el País Vasco son una alimentación tradicional desde hace mucho tiempo. Los pollos de caserío con Eusko Label son aves con destino a la producción de carne cuyo plumaje es rojizo formado con la piel y las patas amarillentas.

Se crían en caseríos con grandes espacios y prados, con mucho cariño del baserritarra.

Estos son criados al aire libre y con crecimiento lento. Su alimentación está basada en cereales con mas de un 60% de maíz. Su madurez hasta el sacrificio es de un mínimo de 80 y su sistema de producción es la tradicional.  Dicho todo esto, esto nos garantiza una carne sana, jugosa y sabrosa, muy diferente a lo que estamos nosotros acostumbrados a ver en el mercado.”

Dicho esto Maite recogió las gallinas y las devolvió a los caseríos de Luma Gorri, donde pertenecían. Estos, sin embargo, no sabían lo que les ocurriría en esos días, pero eso, eso ya os contaré en otro momento.

Joseba de la Puente Saizar 3ºB























*Zerain: Exclusivo matadero para la producción de LumaGorri

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