El 6 de mayo de 2015, por la tarde, estuvimos en Pasajes San Juan-San Pedro, visitando el centro de interpretación Albaola, donde se construye el ballenero San Juan, un ejemplo de los primeros buques de carga transoceánicos que zarpaban del País
Vasco hacia Terranova. Reflejo del esplendor y hegemonía mundial de la
industria marítima vasca, se hunde en la costa de Canadá, en Red Bay en el año
1565.
Más de 400 años después, en 1978, el equipo de
arqueología canadiense de Parcs Canada encuentra el pecio y lo investigan en
una excavación submarina ejemplar para el mundo de la arqueología marítima.
Después de más de treinta años de estudio, es el buque mercante del siglo XVI
que mejor se conoce y se ha convertido en el icono que simboliza el Patrimonio Cultural Subacuático de la Unesco.
En el año 2013, dentro de la Capitalidad Cultural Europea
Donostia/San Sebastián 2016 y con el apoyo científico del Gobierno de Canadá, se vuelve a construir
la Nao San Juan en Pasaia. Al igual que unía Europa con América en el siglo
XVI, la Nao San Juan permitirá a los dos países navegar hacia el futuro a partir
de un pasado compartido.
El descubrimiento
Gracias a topónimos, a documentos, y
a la tradición oral, en Canadá había un conocimiento previo de la presencia de
los primeros cazadores de ballenas que llegaron a estas tierras. Las pistas
encontradas por Selma Huxley en los archivos de Oñati, Burgos y Valladolid
desencadenan la búsqueda de la nao ballenera llamada San Juan.
Fue en 1978 cuando encontraron el
barco. Gracias a la investigación sobre el terreno del grupo de
arqueólogos de la agencia pública Parcs Canada hallaron el pecio en las
inmediaciones de la localidad de Red Bay, en Labrador, a unos diez metros de
profundidad y bajo una gruesa capa de piedras de lastre y sedimentos. La
sorpresa fue aún más grande cuando se dieron cuenta de que la conservación de
la madera era óptima, teniendo en cuenta los siglos que habían transcurrido
desde su naufragio.
Trabajo de excavación
Bajo la dirección de Robert Grenier,
y durante los seis años siguientes, se llevó a cabo un trabajo arqueológico sin
precedentes hasta el momento, sacando y registrando una a una todas las piezas
de la estructura del barco, la carga y los objetos que pertenecieron a los
marineros, además de una chalupa ballenera que se hundió junto con la nao.
Debido a la baja temperatura del agua
y a que gran parte de la estructura había estado en un estado anaeróbico,
cubierto por el fango, el pecio estaba en muy buen estado. La madera, incluso
algunas de las sogas se conservaron de una manera excepcional, dando pie a una
investigación ejemplar en el ámbito de la arqueología submarina de la época.
Casi 30 años de trabajo fueron
necesarios para tratar y completar toda la información obtenida del trabajo de
campo. Desde los materiales de construcción a las herramientas utilizadas para
trabajar la madera fueron investigados, se hicieron maquetas y se consolidó y
se expuso la chalupa que se encontró atrapada debajo del San Juan. El pecio
sigue bajo el agua, protegido, monitorizado y en un entorno estable para su
conservación.
Creación del museo "Red Bay
National Historic Site"
A esta pionera investigación le
siguieron más descubrimientos que atestiguan la presencia de la actividad de
los balleneros en Red Bay: más pecios de la misma tipología, hornos para fundir
grasa de ballena, atalayas para otear las ballenas, incluso un cementerio donde
se daba sepultura a los fallecidos durante la campaña.
Para exponer toda la información y
objetos que se han encontrado y poner en valor todo este patrimonio se decidió
crear un museo cuya principal temática es la presencia y actividad de los
balleneros vascos en la zona.
Reconocimiento mundial
En 2013 todo el conjunto arqueológico
de Red Bay fue designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y desde
Albaola, la factoría marítima vasca, se recoge el testigo de esta investigación
para volver a dar vida a este emblemático barco. Se está construyendo ante el
público del San Juan, una réplica histórica de un ballenero del siglo XVI. Es
un lugar único con exposiciones y artesanos trabajando en directo.
Gracias a la exhaustiva investigación
hecha por el equipo de Parcs Canada, Albaola dispone de los planos exactos e
información sobre las técnicas de construcción, materiales que, unido al
estudio documental y experiencial de Albaola, dan una base científica rigurosa a
la construcción de este singular barco.
El proyecto de construcción de la
réplica de la Nao San Juan quiere ser un proyecto ejemplar en el respeto de los
criterios científicos e históricos y para ello se basa en el concepto de
integridad conmemorativa desarrollado por la agencia Parcs Canada con la
utilización exacta de los planos, materiales y técnicas de la época.
La construcción de la réplica de la
Nao San Juan es un laboratorio científico en el que se documentan todas las
fases del proceso constructivo para aprender a partir de la experimentación y
la observación. El objetivo final no es sólo construir un barco del siglo XVI,
también es el aprender cómo se construían estos barcos.
Materiales y técnicas originales
Con el mismo rigor científico que se investigó
el San Juan durante 30 años, ahora, en la construcción de su réplica, se
utilizan los mismos materiales encontrados en el pecio y trabajados de igual
manera, artesanalmente y respetando el proceso histórico de construcción.
Una quilla de haya de casi 15 metros;
200 robles seleccionados con formas específicas para la estructura; 20 abetos
para los mástiles y vergas; 560 metros cuadrados de paño y 6 kilómetros de
sogas de cáñamo...conforman esta singular embarcación de 28 metros de eslora,
7,5 de manga y 6 metros de puntal conformando 3 cubiertas.
Robles de Sakana
Los bosques de Sakana han surtido
históricamente a los astilleros vascos de la madera necesaria para construir barcos. Bosques enteros de robles, rectos para
la tablazón y guiados para las formas curvas, eran cultivados y cuidados para
conseguir la máxima calidad en la construcción de un barco.
En los bosques gestionados por la
Mancomunidad de Sakana, bajo la supervisión de los guardabosques y de una
manera sostenible, se han talado los robles necesarios para la construcción de
la estructura y la tablazón de la Nao.
Albaola ha trabajado conjuntamente
con la Mancomunidad de Sakana, ha organizando exposiciones, charlas y visitas a
escuelas sobre la temática de la gestión forestal y sobre la construcción
naval, para suscitar interés en población de la Sakana por su propio
patrimonio. Este trabajo conjunto se ha plasmado en el itinerario musealizado
del bosque de Dantzaleku, donde técnicos de Albaola han participado tanto en el
diseño, como en los contenidos.
A su vez los bosques de Sakana se han
convertido en un recurso pedagógico para el "Itinerario del
ballenero", en el cual el alumnado puede profundizar en aspectos de la
gestión forestal y la historia, teniendo como hilo conductor el ballenero San
Juan.
De los bosques de Irati sacaban
grandes árboles, algunos de más de 30 metros de longitud, para su uso en la
construcción naval. Para el transporte de estos gigantes de madera se creó una
red fluvial con exclusas, caminos con raíles, incluso cables aéreos.
Valorización patrimonial
En el recorrido interpretado de
Errekaidorra se puede conocer tanto la fauna y flora autóctona como la
presencia humana, mediante la historia y la explotación forestal.
Gracias a Las Juntas Generales del
Valle de Salazar, Albaola dispone de un haya para hacer la quilla y los abetos
para los mástiles y vergas.
Sogas de cáñamo
El valle del Ebro ha sido productor
de ingentes cantidades de cáñamo para la producción de cuerdas de diferente
calibre para diversas funciones a bordo; ya fueran gruesas amarras para
las anclas, o cabos más finos para manejar las velas, las cuerdas eran
esenciales para el gobierno de un barco.
Valorización patrimonial
La colaboración de Albaola con las
comarcas tradicionalmente productoras de cáñamo está permitiendo la
recuperación del saber hacer de antaño. El laborioso proceso de fabricación de
cuerdas a partir de la fibra de cáñamo implica el cultivo, la cosecha, la
elaboración de la planta hasta obtener la fibra, el hilado y el colchado de la misma
para hacer la cuerda.
Cuatro localidades del valle del
Ebro, Cervera del Río Alhama (Rioja), Fitero (Navarra) y Ágreda (Soria), han
cultivado de manera tradicional ocho hectáreas de cáñamo para fabricar entre
otros materiales las cuerdas que necesitará el ballenero San Juan.
Velas de cáñamo
Los barcos de la época del San Juan
llevaban velas de hilo de cáñamo, formadas por lienzos cosidos unos a otros.
Los lienzos se traían de la comarca del Ebro y también de Bretaña, donde se
había desarrollado una floreciente industria de fabricación de lona para velas.
La gran expansión marítima del siglo XVI trajo consigo el incremento de tamaño
de los barcos, lo que conllevó la adopción del sistema de velas distribuidas en
tres palos.
Valorización patrimonial
La fabricación de paños implicaba
todo el proceso desde el cultivo hasta el uso de telares que daban trabajo a
muchos artesanos de las citadas comarcas.
Alquitrán de Quintanar de la Sierra
Tradicionalmente, el alquitrán y la
pez se obtenían a partir de la destilación de la resina de pino; la mezcla de
alquitrán y pez con grasa animal, denominada brea, era utilizada para la
protección de la estructura y la impermeabilización del casco de los
barcos.
Valorización patrimonial
La Cabaña Real de Carreteros de Quintanar
de la Sierra mantiene viva la tradición de obtener alquitrán a partir de la
destilación de la resina de los pinos. Además recrean el transporte tradicional
mediante caravanas de carros y bueyes a lo largo de los antiguos caminos
carreteriles. De esa forma honran, recuperan y difunden la memoria de los
carreteros ibéricos y el trabajo cooperativo de la gestión de los bosques, la
industria forestal y ganadera y los transportes trashumantes.
La Cabaña Real de Carreteros de
Quintanar de la Sierra será la encargada de elaborar la pez y el alquitrán que
recubrirán el casco de la nao. Los artesanos pezgueros, con la ayuda de los
voluntarios de Albaola, producirán la pez y el alquitrán naturales de manera
tradicional.
El transporte de estos productos
desde Quintanar de la Sierra a Pasaia en carros tirados por bueyes, tal y como
se practicaba en el siglo XVI, será una de las actividades transversales de la
Capitalidad Cultural de Donostia/San Sebastián 2016.
Carpintería de ribera
La carpintería de ribera tradicional
era un oficio a punto de desaparecer en el País Vasco. La llegada de nuevos
materiales y la posibilidad de la construcción en serie de estas nuevas
embarcaciones han puesto en riesgo de desaparición el oficio provocando una
interrupción en la transmisión de la sabiduría acumulada durante siglos.
Valorización patrimonial
En Albaola se considera que la
carpintería de ribera es primordial para mantener, reavivar y difundir el pasado marítimo. Por ello han trabajado para
que este oficio no caiga en el olvido, recogiendo de los últimos carpinteros el
conocimiento que acumulaban generación tras generación, rescatando viejos
planos de polvorientos desvanes y manteniendo vivo este oficio que, de otra
manera, estaba condenado a desaparecer.
En La Factoría se ha creado una
escuela que forma al alumnado profesionalmente en el oficio dando todas las
competencias y habilidades para que una vez terminado el curso puedan construir
barcos convirtiéndose en un eslabón más de esta cadena de transmisión cultural.
Forja tradicional
En Gipuzkoa abundaba el mineral de
hierro y la madera para hacer carbón vegetal. Estos dos elementos junto con la
fuerza del agua de los ríos permitieron poner en marcha una importante red de
ferrerías hidráulicas que procesaban el mineral de hierro en cantidades
industriales. Parte de esta producción era utilizada en la industria naval:
principalmente herramientas, clavos, pernos y herrajes. Otra gran parte se
destinaba a equipar los barcos: anclas, arpones, armas...
Valorización patrimonial
En La Factoría se pondrá en marcha
una pequeña forja en la que se enseñará el trabajo del herrero, que abastecía
de herrajes y clavos a los constructores de barcos.
La ferrería de Agorregi, situado en
el Parque Natural de Pagoeta, en Aia, colabora en el programa educativo del
"Itinerario del ballenero" a través de una visita guiada tematizada
sobre el hierro y su utilización en la construcción naval.
Planos de Parcs Canada
Desde 1978 los arqueólogos de Parcs
Canada han excavado y medido pieza a pieza la Nao San Juan, tratando
posteriormente los datos para extraer toda la información posible, convirtiéndose
en el barco mercante mejor conocido de la época.
Valorización patrimonial
Los datos recogidos durante la
excavación del San Juan, así como los datos que se han ido encontrando en otros
pecios y yacimientos arqueológicos de la misma época en la zona de Red Bay han
hecho necesario la creación un museo: "National historic Site of Red
Bay" para la difusión de todo este patrimonio.
En el marco de colaboración entre
Parcs Canada y los coproductores de la construcción de la Nao San Juan (la
Fundación Donostia/ San Sebastián 2016 y la Fundación Albaola) se ha suscrito
un acuerdo de cesión de los datos arqueológicos. Esto ha permitido desarrollar
unos planos exactos de la Nao por parte de Albaola, lo cual permite que la
construcción la réplica sea un proyecto con una base científica sin parangón,
en la que el rigor científico es el eje fundamental del proyecto.
Más información: Red Bay Historic Site
Capital Europea de la Cultura 2016
La ciudad de Donostia/ San Sebastián ha sido designada
Capital Europea de la Cultura en 2016 alrededor de un programa basado en la
cultura para la convivencia, y la cohesión del hecho cultural en el seno de la
Unión Europea. El proyecto de la construcción de la réplica de la Nao San Juan
se enmarca dentro de la Capitalidad Cultural 2016, coincidiendo en temas como
el compromiso social y la vocación desterritorializada de la cultura.
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