sábado, 6 de junio de 2015

Pasajes de San Juan (Pasai Donibane). Albaola. La increible historia del ballenero San Juan. Robles, cáñamo, alquitran, forja: el paisaje y los materiales de la industria marítima vasca.


El 6 de mayo de 2015, por la tarde, estuvimos en Pasajes San Juan-San Pedro, visitando el centro de interpretación Albaola, donde se construye el ballenero San Juan, un ejemplo de los primeros buques de carga transoceánicos que zarpaban del País Vasco hacia Terranova. Reflejo del esplendor y hegemonía mundial de la industria marítima vasca, se hunde en la costa de Canadá, en Red Bay en el año 1565.


Más de 400 años después, en 1978, el equipo de arqueología canadiense de Parcs Canada encuentra el pecio y lo investigan en una excavación submarina ejemplar para el mundo de la arqueología marítima. Después de más de treinta años de estudio, es el buque mercante del siglo XVI que mejor se conoce y se ha convertido en el icono que simboliza el Patrimonio Cultural Subacuático de la Unesco.



En el año 2013, dentro de la Capitalidad Cultural Europea Donostia/San Sebastián 2016 y con el apoyo científico del Gobierno de Canadá, se vuelve a construir la Nao San Juan en Pasaia. Al igual que unía Europa con América en el siglo XVI, la Nao San Juan permitirá a los dos países navegar hacia el futuro a partir de un pasado compartido.



El descubrimiento
Gracias a topónimos, a documentos, y a la tradición oral, en Canadá había un conocimiento previo de la presencia de los primeros cazadores de ballenas que llegaron a estas tierras. Las pistas encontradas por Selma Huxley en los archivos de Oñati, Burgos y Valladolid desencadenan la búsqueda de la nao ballenera llamada San Juan.



Fue en 1978 cuando encontraron el barco. Gracias a la investigación sobre el terreno del grupo de arqueólogos de la agencia pública Parcs Canada hallaron el pecio en las inmediaciones de la localidad de Red Bay, en Labrador, a unos diez metros de profundidad y bajo una gruesa capa de piedras de lastre y sedimentos. La sorpresa fue aún más grande cuando se dieron cuenta de que la conservación de la madera era óptima, teniendo en cuenta los siglos que habían transcurrido desde su naufragio.



Trabajo de excavación
Bajo la dirección de Robert Grenier, y durante los seis años siguientes, se llevó a cabo un trabajo arqueológico sin precedentes hasta el momento, sacando y registrando una a una todas las piezas de la estructura del barco, la carga y los objetos que pertenecieron a los marineros, además de una chalupa ballenera que se hundió junto con la nao.



Debido a la baja temperatura del agua y a que gran parte de la estructura había estado en un estado anaeróbico, cubierto por el fango, el pecio estaba en muy buen estado. La madera, incluso algunas de las sogas se conservaron de una manera excepcional, dando pie a una investigación ejemplar en el ámbito de la arqueología submarina de la época.



Casi 30 años de trabajo fueron necesarios para tratar y completar toda la información obtenida del trabajo de campo. Desde los materiales de construcción a las herramientas utilizadas para trabajar la madera fueron investigados, se hicieron maquetas y se consolidó y se expuso la chalupa que se encontró atrapada debajo del San Juan. El pecio sigue bajo el agua, protegido, monitorizado y en un entorno estable para su conservación.



Creación del museo "Red Bay National Historic Site"
A esta pionera investigación le siguieron más descubrimientos que atestiguan la presencia de la actividad de los balleneros en Red Bay: más pecios de la misma tipología, hornos para fundir grasa de ballena, atalayas para otear las ballenas, incluso un cementerio donde se daba sepultura a los fallecidos durante la campaña.

Para exponer toda la información y objetos que se han encontrado y poner en valor todo este patrimonio se decidió crear un museo cuya principal temática es la presencia y actividad de los balleneros vascos en la zona.



Reconocimiento mundial
En 2013 todo el conjunto arqueológico de Red Bay fue designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y desde Albaola, la factoría marítima vasca, se recoge el testigo de esta investigación para volver a dar vida a este emblemático barco. Se está construyendo ante el público del San Juan, una réplica histórica de un ballenero del siglo XVI. Es un lugar único con exposiciones y artesanos trabajando en directo.



Gracias a la exhaustiva investigación hecha por el equipo de Parcs Canada, Albaola dispone de los planos exactos e información sobre las técnicas de construcción, materiales que, unido al estudio documental y experiencial de Albaola, dan una base científica rigurosa a la construcción de este singular barco.



El proyecto de construcción de la réplica de la Nao San Juan quiere ser un proyecto ejemplar en el respeto de los criterios científicos e históricos y para ello se basa en el concepto de integridad conmemorativa desarrollado por la agencia Parcs Canada con la utilización exacta de los planos, materiales y técnicas de la época.
La construcción de la réplica de la Nao San Juan es un laboratorio científico en el que se documentan todas las fases del proceso constructivo para aprender a partir de la experimentación y la observación. El objetivo final no es sólo construir un barco del siglo XVI, también es el aprender cómo se construían estos barcos.



Materiales y técnicas originales
Con el mismo rigor científico que se investigó el San Juan durante 30 años, ahora, en la construcción de su réplica, se utilizan los mismos materiales encontrados en el pecio y trabajados de igual manera, artesanalmente y respetando el proceso histórico de construcción.
Una quilla de haya de casi 15 metros; 200 robles seleccionados con formas específicas para la estructura; 20 abetos para los mástiles y vergas; 560 metros cuadrados de paño y 6 kilómetros de sogas de cáñamo...conforman esta singular embarcación de 28 metros de eslora, 7,5 de manga y 6 metros de puntal conformando 3 cubiertas. 



Robles de Sakana
Los bosques de Sakana han surtido históricamente a los astilleros vascos de la madera necesaria para construir  barcos. Bosques enteros de robles, rectos para la tablazón y guiados para las formas curvas, eran cultivados y cuidados para conseguir la máxima calidad en la construcción de un barco.
En los bosques gestionados por la Mancomunidad de Sakana, bajo la supervisión de los guardabosques y de una manera sostenible, se han talado los robles necesarios para la construcción de la estructura y la tablazón de la Nao.



Albaola ha trabajado conjuntamente con la Mancomunidad de Sakana, ha organizando exposiciones, charlas y visitas a escuelas sobre la temática de la gestión forestal y sobre la construcción naval, para suscitar interés en población de la Sakana por su propio patrimonio. Este trabajo conjunto se ha plasmado en el itinerario musealizado del bosque de Dantzaleku, donde técnicos de Albaola han participado tanto en el diseño, como en los contenidos.
A su vez los bosques de Sakana se han convertido en un recurso pedagógico para el "Itinerario del ballenero", en el cual el alumnado puede profundizar en aspectos de la gestión forestal y la historia, teniendo como hilo conductor el ballenero San Juan.
De los bosques de Irati sacaban grandes árboles, algunos de más de 30 metros de longitud, para su uso en la construcción naval. Para el transporte de estos gigantes de madera se creó una red fluvial con exclusas, caminos con raíles, incluso cables aéreos.



Valorización patrimonial
En el recorrido interpretado de Errekaidorra se puede conocer tanto la fauna y flora autóctona como la presencia humana, mediante la historia y la explotación forestal.  
Gracias a Las Juntas Generales del Valle de Salazar, Albaola dispone de un haya para hacer la quilla y los abetos para los mástiles y vergas.



Sogas de cáñamo
El valle del Ebro ha sido productor de ingentes cantidades de cáñamo para la producción de cuerdas de diferente calibre para diversas funciones a bordo; ya fueran gruesas amarras para las anclas, o cabos más finos para manejar las velas, las cuerdas eran esenciales para el gobierno de un barco.
Valorización patrimonial
La colaboración de Albaola con las comarcas tradicionalmente productoras de cáñamo está permitiendo la recuperación del saber hacer de antaño. El laborioso proceso de fabricación de cuerdas a partir de la fibra de cáñamo implica el cultivo, la cosecha, la elaboración de la planta hasta obtener la fibra, el hilado y el colchado de la misma para hacer la cuerda.
Cuatro localidades del valle del Ebro, Cervera del Río Alhama (Rioja), Fitero (Navarra) y Ágreda (Soria), han cultivado de manera tradicional ocho hectáreas de cáñamo para fabricar entre otros materiales las cuerdas que necesitará el ballenero San Juan.



Velas de cáñamo
Los barcos de la época del San Juan llevaban velas de hilo de cáñamo, formadas por lienzos cosidos unos a otros. Los lienzos se traían de la comarca del Ebro y también de Bretaña, donde se había desarrollado una floreciente industria de fabricación de lona para velas. La gran expansión marítima del siglo XVI trajo consigo el incremento de tamaño de los barcos, lo que conllevó la adopción del sistema de velas distribuidas en tres palos.
Valorización patrimonial
La fabricación de paños implicaba todo el proceso desde el cultivo hasta el uso de telares que daban trabajo a muchos artesanos de las citadas comarcas.



Alquitrán de Quintanar de la Sierra
Tradicionalmente, el alquitrán y la pez se obtenían a partir de la destilación de la resina de pino; la mezcla de alquitrán y pez con grasa animal, denominada brea, era utilizada para la protección de la estructura y la impermeabilización del casco de los barcos. 
Valorización patrimonial
La Cabaña Real de Carreteros de Quintanar de la Sierra mantiene viva la tradición de obtener alquitrán a partir de la destilación de la resina de los pinos. Además recrean el transporte tradicional mediante caravanas de carros y bueyes a lo largo de los antiguos caminos carreteriles. De esa forma honran, recuperan y difunden la memoria de los carreteros ibéricos y el trabajo cooperativo de la gestión de los bosques, la industria forestal y ganadera y los transportes trashumantes.
La Cabaña Real de Carreteros de Quintanar de la Sierra será la encargada de elaborar la pez y el alquitrán que recubrirán el casco de la nao. Los artesanos pezgueros, con la ayuda de los voluntarios de Albaola, producirán la pez y el alquitrán naturales de manera tradicional.
El transporte de estos productos desde Quintanar de la Sierra a Pasaia en carros tirados por bueyes, tal y como se practicaba en el siglo XVI, será una de las actividades transversales de la Capitalidad Cultural de Donostia/San Sebastián 2016. 




Carpintería de ribera
La carpintería de ribera tradicional era un oficio a punto de desaparecer en el País Vasco. La llegada de nuevos materiales y la posibilidad de la construcción en serie de estas nuevas embarcaciones han puesto en riesgo de desaparición el oficio provocando una interrupción en la transmisión de la sabiduría acumulada durante siglos.
Valorización patrimonial
En Albaola se considera que la carpintería de ribera es primordial para mantener, reavivar y difundir el  pasado marítimo. Por ello han trabajado para que este oficio no caiga en el olvido, recogiendo de los últimos carpinteros el conocimiento que acumulaban generación tras generación, rescatando viejos planos de polvorientos desvanes y manteniendo vivo este oficio que, de otra manera, estaba condenado a desaparecer.
En La Factoría se ha creado una escuela que forma al alumnado profesionalmente en el oficio dando todas las competencias y habilidades para que una vez terminado el curso puedan construir barcos convirtiéndose en un eslabón más de esta cadena de transmisión cultural.



Forja tradicional
En Gipuzkoa abundaba el mineral de hierro y la madera para hacer carbón vegetal. Estos dos elementos junto con la fuerza del agua de los ríos permitieron poner en marcha una importante red de ferrerías hidráulicas que procesaban el mineral de hierro en cantidades industriales. Parte de esta producción era utilizada en la industria naval: principalmente herramientas, clavos, pernos y herrajes. Otra gran parte se destinaba a equipar los barcos: anclas, arpones, armas...
Valorización patrimonial
En La Factoría se pondrá en marcha una pequeña forja en la que se enseñará el trabajo del herrero, que abastecía de herrajes y clavos a los constructores de barcos.
La ferrería de Agorregi, situado en el Parque Natural de Pagoeta, en Aia, colabora en el programa educativo del "Itinerario del ballenero" a través de una visita guiada tematizada sobre el hierro y su utilización en la construcción naval.





Planos de Parcs Canada
Desde 1978 los arqueólogos de Parcs Canada han excavado y medido pieza a pieza la Nao San Juan, tratando posteriormente los datos para extraer toda la información posible, convirtiéndose en el barco mercante mejor conocido de la época.
Valorización patrimonial
Los datos recogidos durante la excavación del San Juan, así como los datos que se han ido encontrando en otros pecios y yacimientos arqueológicos de la misma época en la zona de Red Bay han hecho necesario la creación un museo: "National historic Site of Red Bay" para la difusión de todo este patrimonio.
En el marco de colaboración entre Parcs Canada y los coproductores de la construcción de la Nao San Juan (la Fundación Donostia/ San Sebastián 2016 y la Fundación Albaola) se ha suscrito un acuerdo de cesión de los datos arqueológicos. Esto ha permitido desarrollar unos planos exactos de la Nao por parte de Albaola, lo cual permite que la construcción la réplica sea un proyecto con una base científica sin parangón, en la que el rigor científico es el eje fundamental del proyecto.

Más información: Red Bay Historic Site




Capital Europea de la Cultura 2016
La ciudad de Donostia/ San Sebastián ha sido designada Capital Europea de la Cultura en 2016 alrededor de un programa basado en la cultura para la convivencia, y la cohesión del hecho cultural en el seno de la Unión Europea. El proyecto de la construcción de la réplica de la Nao San Juan se enmarca dentro de la Capitalidad Cultural 2016, coincidiendo en temas como el compromiso social y la vocación desterritorializada de la cultura. 

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